En el gélido otoño abulense, entre lluvia, nieve y viento, al cobijo de una encina centenaria, hemos construido este fin de semana un domo de 5 metros de diámetro. Menos mal que teníamos el calorcillo humano…
Ha sido éste el curso número cincuenta de los que hemos realizado hasta la fecha.
Gracias a tod@s por participar y gracias a los anfitriones, Carlos y Eli, por el estupendo trato.
Quien quiera disfrutar de una escapada rural en este entorno maravilloso, que no deje de visitar la Nava del Sauce. ¡suerte con vuestros proyectos geodésicos!